El pasado 15 de junio nuestra ciudad, Madrid, asistía a la primera movilización ciudadana con el objetivo de paralizar el desahucio de un vecino de Tetuán. ¿Recordáis? Era el caso de Anwar y Tatiana. Aquella mañana, después de que la Comisión Judicial decidiese retirarse, el júbilo inundó las calles del barrio.
A aquel éxito de la acción común frente a una Ley injusta y el abuso de las entidades bancarias, se sucedieron numerosas réplicas por todos los distritos de Madrid.
Sin embargo, como todas y todos sabíamos, los que llamamos #stopdesahucios no fueron suficiente. La familias de este país, se desalojan por cientos cada semana sólo en esta ciudad. 13 comisiones judiciales desalojan una media de cuatro viviendas al día. El Sistema Judicial produce más de 200 casos de desamparo y miseria semanales, que se suman a los que ya existían.
Por todo ello, hoy, 5 de Diciembre, estamos aquí en Sol. Porque, seis meses después, nos han vuelto a desalojar. Porque las personas que habitaban el Hotel Madrid tras rescatarse a a sí mismas de la exclusión y de la inaccesibilidad a su derecho a una vivienda digna, han vuelto a quedarse en la calle.
Estas personas se suman hoy a los miles de sintecho que deambulan por nuestra cuidad. Y para comprobarlo, no hay más que darse una vuelta por la calle Atocha o la Plaza Mayor donde veremos que el derecho constitucional expresado en el art. 47 no se cumple. Que no sólo no tenemos acceso a una vivienda digna, sino que aquellos encargados de su defensa -el poder político y el judicial- concentran sus esfuerzos en defender los intereses de los especuladores.
Los desalojos ejecutados hoy se han hecho en nombre de ese nuevo derecho a la especulación, mientras el número de desahucios en nuestro país se multiplica cada día, dejando patente que el derecho a la propiedad privada sólo se garantiza para un pequeño porcentaje de la población.
Hoy más de 100 personas antes rescatadas por sus vecinos y vecinas, no sólo vuelven a vivir en la calle, sino que han visto cómo se vulneraban los derechos reconocidos por la Ley y los Tratados Internacionales.
Desalojos nocturnos caracterizados por la violencia policial, ausencia de alternativas habitacionales para los desahuciados, familias enteras condenadas al ostracismo social y la miseria económica, detenciones a personas que no han cometido más delito que carecer de un permiso de residencia… Todo esto son prácticas que no debemos transigir.
El desalojo del Hotel Madrid y del Mercado de Montamarta, en San Blas, son la prueba de miedo de los poderes públicos a las nuevas fórmulas de los ciudadanos y ciudadanas para paliar los efectos de la Crisis que ellos mismos causaron. Estos dos desalojos sólo suponen su expresa repulsa al resultado del trabajo horizontal, colectivo y eficaz.
Sin embargo, para nosotras y nosostras, este desalojo supone sólo otro reto. Porque volveremos a hacerlo. Y la próxima vez será aún mejor. Porque somos más. Porque somos el 99%
Y por todo ello, exigimos:
1. La creación de un Parque de Alquiler Social Universal;
2. La desafección de fondos públicos para la financiación de iniciativas privadas de construcción de viviendas;
3. La reforma legal pertinente para terminar con la especulación bancaria, la inaccesibilidad a la vivienda y las deudas perpetuas de las familias.
4. Y por supuesto, la despenalización del delito de Usurpación.
Hotel Madrid 15O 